23.4.07

ELLA ES UN RECUERDO DEL MAR (1985)


















ELLA ES UN RECUERDO DE LA PERMANENCIA DEL AMOR

Todavía caminamos el verano de esa playa;
el sol envidia lo oscuro de tu pelo
y muerde como fuego desde el acantilado.

Por la orilla de inmensidad y silencio
llenamos nuestras vidas de belleza
para alimentarnos cuando lleguen las sombras,
inventamos juegos efímeros
para alegrar las fiestas nocturnas,
porque sabemos de una noche final
que demoraremos con tristeza.

Nosotros, los únicos de la felicidad,
los que el amor desunió
en su trama que teje y desteje,
resucitaremos en todos los amantes
porque la verdad de habernos amado permanece.



ELLA ES UN RECUERDO DE CUANDO DESPERTÁBAMOS

Tenías el sobresalto
de los pájaros de la mañana;
despertabas
repleta de pequeños soles
cuando abrías tus ojos de asombro
que aún nos guardaban la noche.
El aire de la vida
rodeaba tu desnudez al levantarte.

Nos besábamos
con grandes besos tontos y ruidosos
y rodábamos
en la felicidad del amor.

A partir de ese momento
nos sucedía la vida.



ELLA ES UN RECUERDO DE LA FIESTA DE SU DESNUDEZ

Desnudo en el amor tu cuerpo era una fiesta,
tus ojos colmaban mi alboroto de sexo y de ternura
porque eran el camino que me llevaba a vos.

Dormir a tu lado –húmedos de nosotros–
fue como el primer sueño del hombre,
porque nunca le dijiste no al fuego.



ELLA ES UN RECUERDO DE ESA TARDE

Soltando el atardecer a tus espaldas
–el horizonte quemaba azules a lo lejos–
venías hacia mis descubrimientos de vos,
al viento tu cabellera de sombras
y una urgencia de vida en el deseo.

Las ternuras y caricias
de tantas que traías desbordaban tus manos.
Nos besábamos como para nunca más;
(de plenitud de felices de antes
fueron esos besos.)

Sólo por haberte visto aquella tarde
valió la pena haber vivido.



ELLA ES UN RECUERDO DE ALEGRÍA

La alegría que eras y la que tuvo ese diciembre
fue toda la alegría del mundo
reunida en vos únicamente para mí.

¿Cómo puede el corazón reinventar
la algarabía vivida, mentirse de que aún es feliz,
cuando felicidad fue haberte poseído?

Recordarte ahora –inasible–
no es ni la sombra de la alegría que fuiste.



ELLA ES UN RECUERDO DEL RECUERDO

Tu cuerpo cobre al sol titilante de arena,
esmeraldas de mar sobre tu piel
salando tus caderas
–que beso ahora con memoria–
que besé aquel verano,
mientras enero ardía eternidades
en el reverbero de la tarde.



ELLA ES UN RECUERDO DEL PRESAGIO

Veo tu piel quebrando espejos de agua
–dejados por el mar en su oleada nocturna–
que reflejaban tus dedos, jugando,
y te pienso a partir de ese recuerdo.
(Entonces intuí lo poco que restaba de ese sueño.)
Un segundo fue todo el pensamiento;
después –feliz sobre tu desnudez sorprendida–
preferí la verdad de vivirte,
aunque ahora pague esa audacia con el dolor de la memoria.



ELLA ES UN RECUERDO DE PLENITUD

Todo lo que quisimos los dos de los dos
lo tuvimos casi con exceso.
A la aspereza cotidiana la endulzamos con nuestra miel;
a su persistencia en recordarnos la violenta ciudad
le opusimos tu desnudez Gauguin, un verdemar y oros de arena;
al reposar cansados, sumergidos hasta el fondo de la almohada,
un enjambre de besos y piernas ardorosas
que no conocieron fatiga hasta llegada el alba.
Los tantos recuerdos que llevamos del fervor de entonces
quizá nos sirvan para afrontar los días sin tenernos,
lastimándonos menos.

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