igualdad constante
qué fuerza en esta humanizada recta
tendida desde la altura del dolor
hasta la hondura de los días heridos
ni el viento ahuecando sus manos logra quebrarla
cuando pasa por ella la furia de su voz
qué fuerza en su extensión de tiempo
la facilidad no logró conquistarla
con sus curvas de frágil levedad.
vida traspuesta
en el mundo de las alucinaciones se reconstruye el tiempo
con perfección de miniatura antigua
cuando los días proyectan sombras sin violencia
y el recuerdo cobra altura de presagio mientras aviva su
irrealidad entre las manos.
identidad
el tiempo tiende a la quietud de las estelas funerarias
silencio vulnerado por el mismo silencio
y el hombre
vigía ciego para tanto universo
solo en su número
viajero de corazón fácilmente traspasable
arquero desarmado.
las existencias múltiples
las manos palpitantes delatan tu ansiedad
no es posible que logres ocultarla
estás llamado a ser el que siente vivir en su interior la
furia de los otros
no escaparás de tanta vibración intensa
al morir dejarás más allá de tus días la carga que tomaste
de los hombres
para aliviarlos de sus emociones.
dones
luciérnagas para el espacio de la espera
mariposas para el sueño de la adolescente
para la ternura recomenzada
para el vaticinio de la muerte el número impar
para la alegría la superposición exacta
sólo para los templos del miedo la eternidad como un viejo
estigma
la plenitud para el fruto maduro
para los que desbordan límites la inmensidad
la existencia plena para la vida transitoria.
permanencia del recuerdo
el recuerdo habita una oscura caverna
construida con deshechos de relojería
y días muertos de viejas horas
junto a él está enterrado el diente azul de la melancolía
al tocar sus frías manos impregnadas del ayer
una música ajada nos llega de otra edad
hace que la tristeza suelte su cabellera inmarchitable.
rodeado de vacío
nadie en tu inmensidad
en tu noche única
silenciosa de sonidos y sin embargo llena de vacío
como si el universo todo te perteneciera
pero sin nadie
sin sombras ni recuerdos
sin memoria de una mínima cosa que conmueva
sin ti mismo.
suma de los días
no hay eternidad
sólo espacio que se desgrana en tiempo
no hay cifra posible que abarque lo absoluto
el cero es la angustia de infinito.
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