arte poética / 1
poesía es como el fénix
quemar y quemar versos
con la misma verdad que incendiamos la vida
extinguida la llama
poesía será lo que renazca entre tanta ceniza.
contesto algunas cosas
cantar no puede cierto valer
si el corazón no mueve el canto.
Bernart de Ventadorn
¿qué cómo me hice amigo del sol
dije vamos fanático de luz
me extravertí poesía?
el día que el amor me ganó para siempre
y acepté que la belleza es subversiva.
del lado izquierdo
al trío sol
uno tiene un costado
el más armónico
lo carga de duda y sentimiento
de esperas y de esfuerzos
lo rebasa de sí hasta que se decide
uno tiene un costado visiblemente izquierdo
abiertamente de uno donde es posible todo
lo duele
lo interroga
hasta no poder más con la presencia
un tiene un costado desvestido
donde caben por rara coincidencia el más amigo
el más duro enemigo
un infinito punto de infinito
la humanidad
el mundo
uno tiene un costado a la intemperie
y lo lleva feliz porque lo ve en los otros
lo descubre cuando anda por la calle
en el mismo lugar
exactamente
donde lo tiene uno.
auschwitz
un tiempo de demencia dejó duras señales
altas llamas de incendio que mordieron como ácido las antiguas culturas
el calcinado hueso ario de los que se negaron a aprender de la historia
la llaga abierta en la hora brutal
la cifra del horror en las muñecas
de ese entonces amargo de oscuro humo y opaca realidad
quedó para recuerdo vergonzoso del hombre
la ceniza final de los campos de auschwitz
porque allí cada mañana
cuando el frío mellaba los dientes enterrados
desgarraba alaridos contra filosas púas
rompía inviernos de escarcha y cruel acero
el alba veía nacer entre la niebla caída por la noche sobre las alambradas
una espesa humareda que crecía sobrepasando todo límite
hasta invadir el territorio de la desesperación o la locura
la agonía se había arrojado sobre la multitud erizada de espanto
asfixiando la vida
cuanto quedaba eran cosas vacías
miles de anteojos ciegos
anónimos cabellos
uniformes sin nadie
todo deshabitado pero tibio aún
como la mano que rasgó las piedras que silenciaron el grito último
desesperado
como la sangre que corría por las uñas.
marina
fueron demasiados los que creyeron comprar tu inagotable fuente sexual
pocos los que lograron saciar su sed en ella con placer otorgado
muchos los que nunca pudieron acercarse a tus profundas aguas
de todos ninguno jamás supo qué era lo que realmente amabas
nadie podría decir que entrevió alguna vez aquello que querías.
silvia de los alrededores de constitución
...estar sola, si quiere,
de mañana, sentada en un café, y no buscar a nadie.
Cesare Pavese
no sabe cuándo comenzó
posiblemente era muy joven dice
pero de lo que está segura que fue porque lo amaba
hoy es igual que entonces aunque un poco distinto
hace falta vivir
es necesario porque la vida urge
y si en darse encontró su destino está contenta de eso
aunque a veces lo dude
pero al menos
confiesa
todavía encuentro placer en mi trabajo
y aunque nadie lo crea
siento que cada vez que lo hago me eternizo.
a un boliche que había en una esquina oeste de almagro
yo que pasé de tarde por tu esquina
te miraba despacio con ternura y cariño
siempre hubo alguna cita que me robó a tu estaño
por eso nunca entré a apurar un lusera
después sucedió lo de siempre
un día me di cuenta que eras mío
cuando ya te perdía.
calle íntima de barrio sur
a beatriz mazliah
cuando llovía en agrelo
había una lejanía en sus esquinas
y una tristeza que me invadía la sangre
afloraba de la quietud de los zaguanes
la ausencia reflejaba en espejos de lluvia
las débiles siluetas de los enamorados
que bajo su paraguas se iban como al olvido
después cuando la tarde recogía sus cabellos
sólo quedaba al borde de la noche
algún barquito de papel abandonado.
allegro assai
el verde natural es la plenitud perfecta
cuando lo toca el oro de la luz
la realidad de estar
la más simple armonía de ser uno
la vida
sin más vueltas.
luz germinal
a eleo demigliano
el aire que mueve el mundo sensitivo
abre a la vida como una flor de pétalos calientes su luz de intensidad
desata el mundo de su colorido sobre el verdor que todo lo contagia
las espadas del sol decapitan la levedad de la tristeza.
isla berduc
¿qué flor es esa que se lleva el río
hacia el verdor sereno de las islas
cuyo color violento de tarde al rojo vivo
quedará detenido entre los juncos
como un pañuelo mínimo de amor y adolescente?
los días que quedaron en el tiempo
un absoluto no volver
un casi olvido y el silencio
la puerta cerrada del ayer
que nadie abrirá
aunque golpées y golpées.
regreso
la soledad es un largo silencio
como las paredes del destino
un corredor profundo que se recorre mudo
en cuyo final sólo se encuentra uno
que estaba desde antes
esperándose.
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