ordenar la vida
hay que ordenar la vida
poner cada grito en su lugar
preparar cada vértebra para el momento próximo
sacudirse el ayer de los ojos
desocupar el corazón de todo lo pequeño
hacer lugar a lo más grande
arrojar por la borda la escoria que nos queda
construir de inmediato lo que sabemos necesario
limpiarnos del día que pasó sin vagas añoranzas
pensando que la vida que estamos ordenando
comienza a cada instante.
algunas proposiciones
les propongo contagiar la libertad a todos
enloquecer a los candados
desterrar de la vida tanta sombra
repartirnos los pétalos
darle un poco la espalda a los números
irnos por las guitarras hacia el hombre
por el canto a tutear a la esperanza
a decirle de vos y falta poco
por la poesía a sentirnos más cerca de la sangre
por la sangre a defender lo que peligra
les propongo legalizar lo humano
intercambiarnos sueños y palabras
oxidar las espadas
reventar los fusiles cuando ya no hagan falta
flagelar la mentira a golpes de verdad
renunciar al alambre de púas
dejar volar el ala
que el cielo continúe con su azul
que el aire siga siendo respirable
dejar salir al sol todos los días
y luchar hasta el fin
luchar
hasta que esto termine.
este amor
cómo me gustaría vivir sólo tu amor
la alegría que nos damos
ese ser sólo vos cuando todo es tu cuerpo
ese total nosotros cuando somos la noche
todavía no puedo
abarcar todo el mundo sólo con tu presencia
reducir tanta historia a un solo nombre
no quiero decir no a todos los que esperan
y acunarme en tus ojos
decir sí nada más que a tu vida
y dejar que golpeen tantas ganas de amor
que a todos les sucede
todavía no puedo demorarme a tu lado
mirando todo tu aire
todavía no debo
tal vez cuando esto cambie.
aniversario
vida
si habré viajado otoños por tu tiempo
si habré andado tus venas palpitantes
con el rumor caliente de mi sangre
si habré besado el fuego de tu boca
con el ardiente amor de mis palabras
no sé cómo agradecerte
tanto amor derramado en mi garganta
como un áspero vino penetrante
pues no tengo para ofrecer a tu bondad
más que esta voz nacida para defenderte
esta lucha sin tregua que sostengo
y el canto esperanzado que nos une.
testigo de mí mismo
viajero de la vida totalamante de toda nueva forma
nunca más habrás de preguntarte
qué era lo que ganas y qué lo que perdías
porque has vuelto de todos lados y has vuelto de ninguno
porque partiste de ti mismo en un viaje a ti mismo
y arribaste a la playa que no desconocías
pero que extrañamente duro te resultó reconocer
como Sísifo
no bien se hubo llegado vuelta a rodar la piedra
otra vez a empezar
pero todo está bien así
pues nada me detiene más de los necesario
el tiempo que requiere la pausa
el cansancio del viaje
finalmente el brevísimo sosiego.
si digo amor
si digo amor
no me he quedado en su palabra
he recorrido todos sus relámpagos
el vacío que se extiende más allá de su cielo
buscando detrás de lo que somos
aun después del amor de cada encuentro
si digo amor
no me he quedado allí
dejándome morir en puro sortilegio
sigo buscando su desnudez total
el alto fuego que nos devora más allá de nosotros
después del golpe de ala del deseo
si digo amor
es porque busco esa forma que nunca he poseído
la forma del amor
cuyos contornos imagino de viento.
dos imágenes
desde el puente de bustamante veo pasar los trenes
y este momento en que los miro
la tarde es diferente y no tiene final
mirada con los ojos de los enamorados
que atraparán la noche en el bar más cercano
amándose las manos mientras se enfría el café
con las primeras luces se sobresalta el viento
el frío corre pegado a las paredes
me envuelve de duro azul en las esquinas
pero es otro momento
se lo digo a mi pipa
y me pierdo en la curva forzada de díaz vélez.
nocturno en montevideo
el azul frío de la noche
me dio una bienvenida desierta en la alta hora
la trasparencia del invierno
desnudaba las formas de cuanto me rodeaba
ascendía a su máxima violencia golpeándome los ojos
hubo un adiós que fue pero que no dijimos
el ómnibus rodó la ausencia de las calles
y era su irse todo cuanto latía
caminé montevideo
sus calles de luces silenciosas
pensando en el río sin color lleno de viento
pensando que estaba pensando
que un día por ahí anduvo lautréamont
descubriendo cuanto desconocía
me inundó la alegría de estar solo
rodeado de nadie
viajándome por dentro
sintiendo el corazón latir en todos lados.
la tigresa
al acercarse presentí el encuentro
sin darle tiempo le arrojé la mirada
que estremeció su cuerpo envuelto por mi fuego
antes que sus ojos encontraran los míos
sacudiéndome adentro
después fue una caricia violenta sin tocarnos
de aire a aire
sintiendo las venas llenarse de viento
sin compasión por lo que somos
y un zarpazo brutal
de puro amor e instinto desnudando el deseo
desgarrando mis vísceras en un beso profundo.
casi nostalgia
hoy quisiera mirar esa esquina de bulnes
desde la ventana que hay en el sexto piso
de un edificio de la calle honduras
mirar la misma ochava del boliche que adentro
tenía un cisne grifo navegando el estaño
y en la pared la foto querida de carriego
mirar la misma esquina que una noche hice mía
por ese extraño modo que tengo de querer
las cosas que de pronto descubro que deseo
sentir que era palermo aquello que miraba
cuando entonces vivía en ese sexto piso
desde cuyo balcón contemplaba la esquina.
menos que el silencio
de tanto cuanto se ama
nada queda viviendo entre las manos
más que el vacío que llena la nostalgia
que sólo puede sentirse con los ojos
forma delimitada por la infinita ausencia que lo llena
recuerdo de la materia amada
poseída y gozada hasta una súbita tristeza
cuando llenaba con su ser
este hueco que hoy apenas si recoge
en sus profundidades de silencio y de nada
un viento individual y sin sonido.
ruptura con la tristeza
cierta vez la tristeza se me tiró encima con tanta furia
penetró el recuerdo de tal forma
de tal manera se acurrucó en un nombre de mis noches de ayer
para saltar después sobre los días de este hoy
alevosamente y en silencio
que desde entonces no la quise más
le dije adiós sin lástima
un adiós sin dolor y para siempre.
césar vallejo
qué bárbaro vallejo qué bárbaro
cómo me estás golpeando todo el aire
cómo se tensa el corazón en arco
para arrojarme de él contra el vacío
para erguirme desde el fondo de mi dolor
para volverme a trajinar la tierra
para vaciarme todo el palabrerío
qué bárbaro vallejo qué bárbaro
cuánto hombre en ese cuerpo
qué voz en esos huesos
qué patada de amor entre tanta injusticia.
vínculo
hablo de mi padre
de él me digo cosas que descubrí hace mucho
que recién comprendo
que le gustaba el cielo despejado
de puro azul sin nubes por ejemplo
o que una alegría clara le inundaba la vida
cuando hablaba del pan que comíamos
nacido de sus manos como sueño o paloma
nunca lo vi triste
pero sentía su cansancio de hombre
cuando la flor del vino abría sobre su alma sus pétalos morados
entonces callaban sus labios y los ojos hablaban
la noche que faltó de casa
mi madre creyó tocar la muerte
desvelada la sorprendió la aurora
hasta que el eco de sus pasos devolviéndonos el corazón
nos trajo la mañana iluminada de alegría y de pájaros
mi madre retornó a su edad
volvió a palpar el tiempo
hablo de mi padre
y recién comprendo todo lo que a él me une
más allá de la unión invisible y perfecta de la sangre.
raúl gonzález tuñón
a partir de la poesía o aun antes
a partir del hombre desnudo hasta el gesto
porque la poesía vino después
empezaste a buscar donde no se atrevían los ilustres
lo que había que decir a verso limpio
a pesar de la fría retórica
de tanto poeta a contramano
un día nos alcanzaste la luna con gatillo
para que siguiéramos tirando.
alguien
qué harás con esta noche en esta noche me pregunto
con este frío de vidrios empañados
con este frío de punta y viento de secos esmeriles
de aire veloz
cortante
apretando los miembros ateridos hasta el dolor
de silenciosa
conmovida lágrima
me dueles porque sé que en esta noche debes sentirte pequeñito
casi nada en medio de ti mismo
con un extenso desamparo y sin un fósforo
sin tan siquiera un solo fósforo
abandonado al zarpazo inhumano de julio
rodeado de un frío total
miserable
que te penetra en cuña y ángulo
tan solo sí en medio de esta noche de fuegos extinguidos
de pelos erizados hasta la pena
de abrigo que no tienes.
nicolás olivari que se fue
hoy me llegó su muerte cuando no la esperaba
yo que pensaba que en esta primavera
iba a abrir su balcón sobre díaz vélez
para llenarse de verde florecido
cuando el sol se demora en parque centenario
yo que pensaba que todavía no
debo decir que sí
y mirar solamente la ventana cerrada
seguro que usted se fue despacio
del brazo de la musa de la mala pata
lo veo irse de la vida
haciéndole a la muerte un pas de quatre.
cierto adolescente
en las tardes de otoño casi noche
subía por la calle oruro que la sentía suya
iba a conversar con la poesía
junto a la estatua de florencio sánchez
mientras la luz caía pálida sobre su bronce
y la tristeza era más honda y era amiga
la melancolía esperaba en un verso cualquiera
compañera del regreso por chiclana
hasta entrar en las calles de siempre.
suceso
una tarde sintió sobre su pecho
un galopar de potros desatados en furia
escapar del corazón que latía violento
mientras su vida vibraba realidad
cuando después todo volvió a su lugar
ya no hubo sobresaltos
aunque nuevos caballos corrieran por su pecho
con más frecuencia
y el corazón siguiera desbordándose
todo le pareció normal y no hubo asombro
no fue coincidencia
que simultáneamente entrara a la poesía.
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